miércoles, 9 de septiembre de 2020

 ESTE JUEVES UN RELATO " MONSTRUOS"




 

Él me persigue desde pequeña, más bien desde que nací, si, desde el vientre de mi madre, sin que ella se diera cuenta, pues al nacer él ya estaba en mí, así pegadito a mi cuerpo y mi blanca piel

Y mientras fui creciendo, él creció junto a mí también, lo más increíble es que nadie más lo veía o más bien nadie más lo sentía, así como yo, dentro y fuera de mi

Más cuando pequeña él estaba todo el tiempo junto a mi, era imposible andar sin él, yo, simplemente callaba mientras crecía y hacia mi vida de niña junto a él

Muchas veces nos tomábamos de la mano y así yo jugaba a la ronda y cantaba en silencio junto a él, nadie nos veía, pues a nadie le importaba donde yo me encontraba o lo que yo hacía junto a él, pues sabía muy bien que nadie lo podía ver

Otras veces simplemente trataba de escaparme de él y confieso muchas veces lo conseguí, compartiendo con mis compañeros de colegio o cuando nos reuníamos con la familia los fines de semana para comer

Aún recuerdo aquel instante en que una de mis primas me enseño la peor cara que vi de él, si la más fría, horrible y cruel, gritándome que era una extraña y que me habían recogido de la calle y que nadie sabía quién era mi padre, en aquel momento fue que aquel MONSTRUO me desgarro el alma y la hizo desangrar hasta el día de hoy  

Debo confesar que muchas veces me he sentado junto a él a las orillas de mi cama, extrañando aquellos días en que por momentos, quizás algunas horas, podía huir de él, compartiendo con mis amigos en algún bar, escuchando la hermosa melodía de alguna guitarra, declamando mis propios versos en aquel bar cada madrugada o simplemente estando con el corazón enamorado, mirando aquellos ojos color negro de mi hombre amado, sonriendo y acariciando aquella hermosa piel

Pero hoy, hoy aquel MOSTRUO nuevamente se ha instalado en mi


Maria Liberona


 

 




jueves, 3 de septiembre de 2020

 ESTE JUEVES UN RELATO 

" QUERIDOS PROFES "





Es cierto, nunca lo pase bien en la escuela, mucho menos cuando era pequeña, recuerdo que me quedaba siempre sola en los recreos, desde la puerta de la sala mirando como jugaban los otros niños, recuerdo caminar en solitario, por todo el patio y quedarme en alguna esquina de aquella reja del colegio mirando hacia la calle como mi familia se iba, no recuerdo de ningún profesor que se acercara a averiguar qué es lo que me sucedía en ese momento.

Más cuando pequeña iniciando el jardín de infantes, tenía tanto miedo de quedarme allí, que me hacía pis, era tan pequeña que me orinaba sin darme cuenta cuando de pronto me encerraban en una sala inmensa a oscuras, sin cambiarme de ropa en casi toda la tarde.

Ya más gradecita, recuerdo haber estado sentada sola en un banco de las primeras, mientras atrás todos mis compañeros se sentaban de dos, todos conversando y compartiendo.

Nunca escuche alguna palabra buena o alegre sobre mí, de ninguno de mis profesores, los recuerdos siempre serios enseñando y yo mirándolos desde abajo, con esa sensación de inferioridad que en mi provocaban

Ya mucho más grande recuerdo la tarde de invierno en que me quede sola en el colegio, mientras todos se iban, llovía copiosamente, mientras yo sentada en las escalerillas de la oficina del colegio, esperaba que alguno de mis tíos o mi abuelo me viniera a buscar, mientras escuchaba que la directora refunfuñaba y reclamaba porque aún me encontraba allí en el colegio y no me habían ido a buscar

Ya en quinto básico al cambiarme de colegio cambio totalmente aquella situación, reconozco que siempre he sido tímida y aún lo sigo siendo, pero cuando me cambie a aquel liceo me cambio el mundo por completo, no sé si la situación cambio porque era mucho más grande, pero los profesores eran mucho más cercanos, te miraban realmente a los ojos y te hacían sentir mucho más acompañado, incluso cambie yo al relacionarme mucho más con mis compañeros y de los profesores cada uno con sus personalidades que hacían cada clase realmente un mundo diferente y yo empecé a compartir a sentirme más alegre y más acompañada

Ya en la enseñanza media los profesores incluso compartían con nosotros sus alumnos, riendo, conversando, cada clase era un mundo diferente, incluso hasta contando chistes, bailando o simplemente contando ellos mismos parte de su vida


María Liberona

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