Los abuelos aparecen dentro de la niebla que los envuelve,
ella con un hermoso vestido blanco, todo bordado y con unos hermosos holanes,
él con un distinguido traje azul, impecablemente perfecto, yo los miraba
escondía detrás de aquella puerta, se veían tan tiernos y tan enamorados
bailando juntos, sí, aquella tarde de verano, dando vueltas y vueltas y
sonriendo sin fin, fue cuando de pronto desperté, con aquel enorme reflejo de
aquella lámpara de luz, encontrando entre mis blancas y pequeñas manos, las
fotografías de mis tan amados abuelos, que ya hace un tiempo, habían fallecido
y que nunca conocí
Frase del texto de la antología digital de “CUENTOS Y
RELATOS DE ABUELAS Y ABUELOS” de Laia editorial (Argentina) página 29 (el texto
aquí escrito, es un pequeño homenaje a ese hermoso texto)
María Liberona
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