Muchas veces al mirarme al espejo, a veces siento y creo que ese reflejo no soy yo, de quien se trata, sino que es el de otra niña, otra mujer de las tantas que he sido, si, debajo de este pequeño cuerpo y esta piel clara.
A veces me siento completamente sola a las orillas de mi cama o simplemente recostada y pienso cuando fui niña y de aquellas noches y madrugadas, otras veces vuelvo al presente, y me siento tan sola, tan extraña, tan lejana, que confieso a veces me gustaría, quizás en algún futuro próximo, ser semilla de aquella que germina, sobre el viento, en esta soledad y sobre estas aguas, más aun en este torpe y pequeño cuerpo y en estas blancas he ingrávidas tierras áridas, así como cuando fui un día niña y llore, llore a mares sin que nadie se enterara y luego volé, volé por los aires y fui nube, tierra, sol, una pequeña flor, justo cuando nadie me miraba, ahora que estoy aquí en este presente, que tanto me duele y me desangra, sé que aún puedo ser nube, sol o esa pequeña flor, que alguna vez cuando niña fui y que me transformara, solo que hoy tengo heridas sobre mi cuerpo y mi alma, pero imagino y me gustaría, en algún futuro ser la niña, que siempre soñé, aun cuando no lo fuera en mi verdadera infancia
María Liberona
Si las ganas y la fe logran mover montañas quizás sea posible volver a ser lo que se soñó o llegar a ser lo que no se logró alcanzar. Hay que abrirse a todas las posibilidades. Un abrazo y bienvenida, María.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, si, hoy espero ser un poco más feliz que cuando pequeña aunque cueste poco a poco la felicidad se hace de instantes tan bellos y sutiles
EliminarEsa niña siempre permanecerá en la protagonista de tu relato aunque ella no lo sepa solo en pensar en lo que pudo ser le da la oportunidad de ser. Y lo hará, falta ponerle fe para poder experimentar la sensación de volver a ser esa pequeña que nunca se fue.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz jueves,.
Me has puesto a pensar en las formas en que se arrebata la niñez y me aterra, pero al leerte no he podido evitarlo.
ResponderEliminarHay heridas que marcan y parece que el tiempo solo cicatriza por fuera, por dentro sigue sangrando y doliendo.
Siempre es tiempo para ser lo que se desea y nunca fue, espero que tu protagonista lo logre.
Abrazo, María
Si, las heridas cicatrzan, pero ese dolor aún queda latiendo por dentro
EliminarSobre todo la infancia deja una impronta que es difícil de olvidar, para bien o para mal. Y a veces,para algunas personas no ha sido ni es nada fácil.
ResponderEliminarTu relato,para mi,dentro de esa tristeza,tiene un componente casi lírico en la manera de describir lo que en él esbozas, es un deseo y una esperanza de ser aquella niña que te hubiera gustado ser y no la que estaba llena de "heridas".
El tiempo pasa, nos cambia y deja muchos yo,que hemos sido, pero que ya no somos.
Me ha gustado tu manera de contarlo.
Abrazos.
Si, la infancia es donde se construyen nuestros cimientos y cada gesto y cada palabra cuenta, aunque muchos adultos digan y piensen es muy equeño para darse cuenta
EliminarEs horrible que te roben la infancia, peor aún que la soledad, porque esta puede ser aplicada por momentos, y porque cuando no es así, puedes ir a refugiarte en aquella (si la has tenido).
ResponderEliminarEspero que el protagonista sea un personaje.
Abrazooo u bedosdd, Maria
Bueno el protagonista en cierta forma so o, ya que el tema de este jueves me hiso recordar situaciones y sentimientos de infancia que vuelven cada cierto tiempo al presente
EliminarEsa niñez nuca se va de nuestra mente, por mucho que el espejo nos deforme los rasgos. El cuerpo solo es un estuche que guarda muestra esencia para el futuro.
ResponderEliminarUn placer leerte
Beso
Ese niño interior a pesar del tiempo pra mi nunca se ha ido aun con tanto dolor, a veces suele jugar e inventar situaciones y nuevos mundos donde puedo ser lo que desee
EliminarLa imagen del espejo... mientras el mundo sea mundo, muchas infancias se perderán en su existencia. No hay consuelo , ni tiempo... el tiempo es una ilusión.
ResponderEliminarLastima y triste realidad es que si, muchas infancias se han pedido por alta de amor
Eliminartodo un soliloquio entre tu ayer y tu hoy que desgarra aquella niña que fuiste. Sólo tú sabes de las tristezas y alegrías pasadas. Un abrazo
ResponderEliminarEsa niña que siempre perdura en nosotras y que nos empuja a seguir creciendo. Gracias por participar, besos.
ResponderEliminarGracias a ti por el tema de este jueves que me ha inspirado a escribir
EliminarPasado y presente se mezclan... Niña... Adulta... ¿Y qué deparará el futuro? Habrá que seguir viviendo.
ResponderEliminarUn besazo, María
Si, hay que seguir viviendo lo que nos toque y agradecer lo que tenemos
EliminarLeo tu prosa, y me pregunto ¿en donde se quedó la protagonista. En que lugar decidió no continuar, quedandose barada en no se sabe donde?
ResponderEliminarUn texto muy intenso. Un abrazo María.
La protaonista sigue viviendo y andando a pesar de su dolor, aún sigue disfrutando de la vida, aún con sus heridas
EliminarHola María, es la primera vez que estoy por aquí.Triste y hermoso el relato. Muy poético. Ya sé que la ficción es ficción pero también sé que la poesía tiene eso por eso te cuento que a veces yo me hago madre de mí misma y de mi propia niña interior y entonces la cojo en brazos y le digo: "Te voy a cuidar mucho porque eres lo mejor que me ha pasado en mi vida". Un abrazo grande.
ResponderEliminarQue bello comentario y creo que tienes mucha razón
EliminarMe encanta el relato, esa niña interior que quiere resurgir.
ResponderEliminarUn saludo Maria🌹
Siempre resurge cada vez que escribe inventando nuevos mundos
EliminarMuchas gracias a todos por darse el tiempo de leerme y por sus comentarios, la vedad es que el tema de este jueves me inspiro para volver a recordar ciertas situaciones y sentimientos que tengo atrapados desde niña, momentos no muy agradables pues me encantaría, volver a ser niña y convertir esos sentimientos y situaciones en momentos alegres y felices
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