PEQUEÑO CATACLISMO OBSCURO
Y así nacía mi secreto… mientras la luna apaciblemente dormía, en aquel lado obscuro de mi mejilla izquierda, de improviso un haz de luz cruzo el cielo, como partiendo la noche en pequeños pétalos obscuros, uno a uno cayendo dulce y suavemente sobre la yema de mis dedos y de pronto y solo por un momento, todo se ilumino, tan solo por un segundo y es así como ardía la noche, justo en la yema de mis dedos
María Liberona